Arquitectura de Málaga

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Urbanización Playamar

Edificado sobre un gran solar de 147.363 metros cuadrados en ligera pendiente hacia el mar, el conjunto de apartamentos, locales comerciales y zona deportiva Playamar comprende 21 edificios de 15 plantas. Su arquitecto fue el ganador de un concurso organizado por un grupo inversor hispano-israelí para la construcción de los 945 apartamentos. Como La Nogalera, el conjunto tiene una clara filiación urbanística al contribuir al tejido de la ciudad mediante la creación de varias calles y una gran avenida que atravesaba el conjunto y lo dividía en dos. La idea era desarrollar en altura las viviendas y liberar así el espacio de las parcelas para poder dedicarlas a zonas verdes de carácter recreativo. En el interior, una serie de vías peatonales entre alfombras verdes y arbustos conducen de las viviendas a las zonas de ocio comunes, que incluían áreas deportivas e infantiles, piscinas, restaurantes y salas de fiestas, club privado o lavandería. La urbanización llegó incluso a contar con un centro comercial, toda vez que en esta zona de Torremolinos aún escaseaban los servicios por aquella época, favoreciéndose así la autosuficiencia de la misma y su constitución en una verdadera ciudad vacacional. Una parcela situada al NO del conjunto se dedicó al pabellón técnico, que aglutinaba los elementos de servicio a la urbanización.

Los esbeltos bloques fueron orientados de modo que todos los apartamentos gozasen de inmejorables vistas al mar, aireación e iluminación, dotándose de un poderoso frente de terrazas corridas que establecen rítmicas franjas horizontales. Del mismo modo, se estudió su distribución a fin de respetar tanto la adecuada distancia entre todos ellos como el soleamiento de las zonas comunes. Su composición resulta de la articulación de tres paralelepípedos maclados entre sí para respetar la intimidad de los espacios privados externos, las terrazas, y a su vez asegurar los valores escultóricos de las masas exteriores; cada una de estas figuras corresponde a un apartamento, dotado de sala de estar-comedor, baño, cocina y dos dormitorios. Al exterior, los volúmenes traducen las asociaciones angulosas de la planta y la secuencia de tres apartamentos por piso, mientras que las franjas horizontales de los parapetos resaltan ante las profundas terrazas, produciendo una expresiva alternancia de segmentos horizontales. Las fachadas traseras recogen los espacios servidores y se vuelven casi opacas al exterior, remarcándose las diferencias entre los distintos espacios de las viviendas.

Las plantas bajas se liberan y hacen diáfanas, ocupadas únicamente por los núcleos de acceso para permitir la permeabilización del conjunto a nivel del jardín y la circulación bajo el volumen de los edificios; a tal fin, los bloques descansan en poderosos pilares de planta poligonal apantallados, que comparten espacio con insólitos muros antisísmicos que se revisten en el interior de los portales con rectángulos de madera. Una vía perimetral interior permite el acceso a cada bloque, con sus correspondientes estacionamientos vehiculares.

Junto a La Nogalera y Eurosol, Playamar fue una de las grandes promociones inmobiliarias de su época en Torremolinos. Comparte con las citadas un mismo gusto por la depuración arquitectónica y el empleo de amplias zonas verdes que los relacionan con el Movimiento Moderno, combinados en este caso con lo que se ha dado en llamar el canto a los puntos de apoyo: los pilotes de la planta baja siguen la lección de urbanística Le Corbusier favoreciendo la circulación peatonal libre de obstáculos, explotando a su vez los recursos plásticos del hormigón y favoreciendo la metáfora visual de figurar al edificio como un gran animal alzado sobre sus gigantescas patas. Estos pilotes logran además el sorprendente efecto cinético de un fuste rotando sobre su propio eje al combinar y cruzar sus estrías de modo que la planta hexagonal se transforma en sección dodecagonal a media altura. Junto a los bloques prismáticos que conforman los muros antisísmicos, de los cuales parecen desencajarse por el peso que sostienen o en virtud de algún movimiento del terreno –haciendo así explícita su función-, los pilotes conforman esos elementos escultóricos que Le Corbusier reclamaba para sus edificios a fin de paliar el estricto funcionalismo impuesto en sus edificios. Del mismo modo, dentro del estilo del relax reclaman su lugar como elemento común de distensión, introduciendo una nota desenfadada dentro de una arquitectura eminentemente funcional.

Con todo, la gran aportación de la urbanización Playamar quizá sea el haber concentrado en altura la edificabilidad a fin de liberar amplias superficies de suelo para su ocupación por zonas verdes de esparcimiento, en una proporción que recuerda a las propuestas teóricas del propio Le Corbusier, como la “ciudad radiante”. El ejercicio además se destina a proporcionar a todos los apartamentos las mejores condiciones de soleamiento y ventilación, disponiendo las torres de manera que todas gozasen de los mismos privilegios.

En general, todo el conjunto resulta del ejercicio de una modernidad arquitectónica culta, donde se articulan los principios de un urbanismo racionalista y geométrico en favor de un tipo de vivienda turística, allanándose la complicidad entre lo elitista y vanguardista y lo estandarizado y comercial. La ruptura de las barreras entre la alta y la baja cultura, preconizada por la Vanguardia artística, encuentra en estos complejos residenciales del turismo un campo natural de expresión, donde se demuestra que es posible su coexistencia pacífica. Por sus méritos turísticos fue precisamente premiado en 1969, si bien en principio estuvo muy rodeado de polémica por su altura, llegando incluso a especularse con la demolición de los edificios que ya habían sido construidos. Hoy resulta fundamental para comprender el desarrollo de la arquitectura del turismo en la Costa del Sol, además de una de las zonas residenciales más privilegiadas de Torremolinos.

IVV

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Mapa Proyecto


Bibliografía

MARIN COTS, Pedro; MENDEZ BAIGES, Maite; PEREZ DE LA FUENTE, Iñaki, El Relax expandido. La economía turística en Málaga y la Costa del Sol, Ayuntamiento de Málaga y OMAU, Málaga, 2010.

MORALES FOLGUERA, José Miguel, La Arquitectura del Ocio en la Costa del Sol, Universidad de Málaga, 1982.S.A., “Immeubles résidentiels a Playamar, (Espagne). [Torremolinos, Málaga, Andalucía]”, n. 305-306 enero-febrero, 1968, pp. 50-51.VV. AA., La Arquitectura del sol. Sunland Architecture, COAs de Catalunya, Comunidad Valenciana, Illes Balears, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Canarias, 2002.VV.AA., «Hibridación y transculturalidad en los modos de habitación comtemporánea. El territorio andaluz como matriz receptiva», Actas de los seminarios de apoyo a la investigación, Universidad de Sevilla, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2009.VV.AA., Lamela 1954-2005, Catálogo de la exposición, Ministerio de Vivienda, Madrid, 2005.VV.AA., Legado Estudio Lamela 1954-1999, Catálogo de la exposición, Fundación Arquitectura COAM, Madrid, 2010.

Observaciones

Si bien el estado de conservación estructural y material del conjunto es excelente, la proliferación de cierres de carpintería metálica en las terrazas ha causado un sensible perjuicio estético al mismo. Integrado en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea e incluido en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico del Plan General de Ordenación Urbana de Torremolinos, pendiente de aprobación definitiva.

Información General

Denominación:Urbanización Playamar
Dirección:Avenida Benyamina, 1-21, Urbanización Playamar / Paseo del Colorado, 2
Zona:Torremolinos
Estado de Conservación:Bueno
Protección:Sin protección
Tipologia:Urbanización de viviendas plurifamiliares
Usos:Residencial y ocio
Estilo:

Estilo del Relax

Agentes: