La parte más antigua del inmueble era una nave-taller longitudinal de altura única con una entreplanta lateral mínima, un cuerpo a dos niveles destinado a las oficinas de la empresa, un depósito de agua y una torre de refrigeración.
El conjunto poseía unas dimensiones arquitectónicas equilibradas en el espacio urbano de uso residencial donde se ubicaba. El espacio interior diáfano de la nave-taller, necesario para el desarrollo de la actividad de la fábrica, se resolvía mediante una estructura de pilares compuestos empresillados que sustentaban vigas trianguladas de sección constante. Esta tipología conformaba la idea del arquitecto por la que se podrían desarrollar en su interior diferentes tipo de fabricación que pudieran aconsejar cambios en la distribución en un futuro. Su planta fue trazada según un módulo de 24×12 metros. La articulación de las fachadas exteriores más longitudinales (este y oeste) se desarrollaban con un zócalo de hormigón armado prefabricado en forma dentada y estriado (20 centímetros de relieve) sobre el que descansaba una serie de vanos cuadrados en el mismo material, a modo de friso, sobre éste, un largo muro formado por amplias y alternadas franjas de ladrillos de dos colores (rojo y amarillo), finalmente un alero de chapa metálica que era la parte visible de la cubierta. El acceso de los trabajadores se producía a través de la fachada oriental, mientras que en la meridional se disponía el vehicular, facilitado por una amplia explanada ubicada en la zona. La iluminación interior se conseguía a través de estos vanos cuadrados y claraboyas ubicadas en la cubierta plana, en bandas horizontales. Es evidente la intención estética en el uso de estos materiales, no muy comunes en la arquitectura malagueña de ese momento.
Las oficinas se disponían en paralelo a la nave-taller, separadas por una calle de 8 metros de anchura. Se componía de dos plantas y poseía una ordenación reticular sencilla. La dirección se acusaba en el exterior de un edificio. Destacaba el uso de viseras con 1,30 metros de vuelo que servían para proteger del sol.
El depósito de agua y la torre de refrigeración fueron resueltos con formas geométricas en hormigón visto. Estaban dispuestos en la cara norte del edificio, en el lugar donde posteriormente fue construida la ampliación de la nave. Éste nuevo edificio continuaba las formas volumétricas de la original pero no poseía sus interesantes características arquitectónicas.