Arquitectura de Málaga

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Antiguo Colegio de Huérfanos de Ferroviarios

Proyectado en 1933 y construido entre 1934 y 1935 para albergar un colegio destinado a la formación y alojamiento de los huérfanos de ferroviarios, el inmueble se alza en una gran parcela de 23.108 metros cuadrados asomada al mar. El mismo se aleja de las tipologías claustrales habituales en los colegios urbanos de la época para articularse mediante dos amplias crujías de dos alturas interconectadas por una tercera en disposición perpendicular a aquellas, conformando una planta en H irregular que favorece la presencia de patios intersticiales abiertos al parque que rodea el inmueble. Todo el conjunto queda así subordinado a un eje axial que distribuye los espacios simétricamente y que queda remarcado por la sucesión del acceso principal, la crujía perpendicular, las escaleras principales y el volumen curvo que centra la fachada trasera. Este esquema tradicional se plantea sin embargo en relación a la búsqueda de efectos expresivos y simbólicos en el conjunto, al asimilarse éste en planta a un avión. El arquitecto asume así una actitud definitoria de la arquitectura moderna al inspirarse en la nueva iconografía maquinista, empleándose constantes referencias a aviones o barcos. El optimismo en el progreso, tan propio de una institución destinada al desarrollo de nuevos conceptos higienistas y docentes, se traduce en formas aerodinámicas y convierte al inmueble en una metáfora de la modernidad representada por un avión que se posa sobre una enorme parcela.

La exigencia de modernidad se traduce también, y muy especialmente, en la depuración arquitectónica efectuada; los volúmenes se presentan completamente desnudos, empleándose únicamente en su articulación paredes lisas y encaladas horadadas por grandes ventanas sin marco. Las amplias terrazas reciben unas barandillas metálicas que evocan decididamente el diseño de los trasatlánticos. El sobresaliente cuerpo curvo de la fachada trasera, orientada al mar, constituye un estupendo recuerdo de las enseñanzas de Le Corbusier, condensadas en un muro libre y abierto por grandes vanos horizontales. La pérgola adintelada y realizada en hormigón visto que remata la terraza completa las referencias directas al nuevo lenguaje moderno surgido de la Vanguardia europea. Solo se permite una única concesión a la tradición arquitectónica regional en la galería de arcos que recorre la fachada principal, elemento destinado a comunicar las aulas y carente en origen de cualquier elemento de cierre. Esta galería se interrumpe en el centro para alojar un acceso de reminiscencias decó.

Ya en el interior sorprenden las potentes horizontales de la viguería vista que recorren los techos, decorados en el caso del salón de actos con vistosos casetones inspirados en la arquitectura romana. Dicha estancia, alojada en el cuerpo transversal, y la gran escalera exhiben el mismo empleo de barandillas metálicas de las terrazas, las cuales vienen a subrayar el predominio generalizado de las líneas paralelas.

El antiguo Colegio de Huérfanos Ferroviarios de Torremolinos fue una de las primeras y más decididas apuestas por el racionalismo en Málaga, próxima en espíritu al grupo GATEPAC; como institución, aglutinaba los principios de una modernidad basada en el progreso que tenía su reflejo en edificios de carácter higienista y docente verdaderamente novedosos. En este caso, el inmueble se sitúa en una gran parcela frente al mar que le proporciona una correcta aireación e iluminación, además de inmejorables vistas. Los patios abiertos al jardín exterior creaban puntos de circulación del aire y contribuían a la luminosidad interior. Formalmente, la rigurosa volumetría y la total desnudez de los muros entroncan muy directamente con el funcionalismo centroeuropeo, conformando una propuesta solo posible en el espacio periurbano de Málaga, donde el litoral adquirió por estos años el carácter de una especie de laboratorio de las más modernas propuestas en materia arquitectónica. El empleo de formas evocativas de la estética náutica y aeronáutica fue consustancial al racionalismo, y acabará definiendo en gran medida el posterior desarrollo de un fenómeno propiamente costasoleño como es el estilo del relax. La forma sugerida del avión certifica la fe ciega en el progreso técnico propia de su momento y dota al edificio de un carácter emblemático que concilia forma y función. Apostado en un gran jardín asomado al mar, recortándose sobre el cielo azul, el inmueble encierra la promesa de un paraíso cerrado, el del progreso.

El Colegio de Huérfanos Ferroviarios fue una institución nacional destinada al auxilio social de los huérfanos de ferroviarios, ubicada en origen en un inmueble de Madrid fundado en 1930. Debido al número de huérfanos este primer colegio quedó pronto pequeño, por lo que se decide la construcción de nuevos colegios en otros puntos de la geografía nacional; el de Torremolinos fue el primero. Éste estuvo en funcionamiento hasta 1973, cuando se decide trasladar a los niños y clausurarse ante el descenso del número de huérfanos. Desde entonces permaneció abandonado, entrando en un proceso de deterioro que parecía irrefrenable. Afortunadamente, el inmueble y sus jardines fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1990, acometiéndose a partir de 1998 las obras para su rehabilitación. Las obras de restauración y acondicionamiento, que dejaron intactas la estructura y fachadas del inmueble, finalizaron en junio de 2001, procediéndose por parte del Ayuntamiento de Torremolinos al equipamiento del edificio, finalmente inaugurado como equipamiento cultural el 12 de noviembre de ese mismo año.

IVV

Galería


Mapa Proyecto


Bibliografía

BONO RUIZ DE LA HERRAN, Luis et al., «Veinte obras del Movimiento Moderno en Andalucía», PH. Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº 15, 1996, p. 137.

GARCÍA VÁZQUEZ, Carlos y PICO VALIMAÑA, Ramón, MOMO ANDALUCÍA. Arquitectura del Movimiento Moderno en Andalucía 1925-1965, Catálogo de la exposición, Consejería de Obras Públicas y Transportes, Sevilla, 1999.LOREN MENDEZ, Mar, «La modernidad española como relato de las periferias. Laboratorio arquitectónicos y visiones urbanas en el alejado sur íbero», APUNTES, vol. 21, nº 2, 2008, pp. 234-251.MORENO PÉREZ, José Ramón et al., 50 años de Arquitectura en Andalucía. 1936-1986, Consejería de Obras Públicas y Transportes, Sevilla, 1986.PRADOS LOPEZ, Manuel, «Entre la sierra y el mar. El Colegio de Huérfanos de Ferroviarios en Torremolinos», Blanco y Negro, 17/09/1933, Madrid, pp. 119-122.RAMIREZ, Juan Antonio, El estilo del relax. N-340. Málaga, h. 1953-1965 [una idea de Diego Santos con fotografías de Carlos Canal y textos de Juan Antonio Ramírez], Colegio Oficial de Arquitectos, Málaga, 1987.

Observaciones

El 2 de noviembre de 1990, el antiguo Colegio de Huérfanos de Ferroviarios fue declarado Bien de Interés Cultural e incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Además, está inscrito en el Registro DOCOMOMO Ibérico y en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea. Tras su rehabilitación, el inmueble y sus jardines se dedican al Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, sede de la Universidad Popular de Torremolinos, previa cesión de usos al Ayuntamiento de Torremolinos que convocó al efecto un concurso de ideas.

Información General

Denominación:Antiguo Colegio de Huérfanos de Ferroviarios
Dirección:Calle de la Cruz, 13,
Zona:Torremolinos
Estado de Conservación:Bueno
Protección:Protegido
Tipologia:Colegio/Escuela/Facultad
Usos:Asistencia social
Estilo:

Racionalismo

Agentes: