La llamada “Casa Sindical”, sede del que fuera Sindicato Vertical, luego horizontal, se construyó en una parcela situada entre la Alameda de Colón y la calle Manuel Agustín Heredia. La singularidad de su emplazamiento agudiza una solución compositiva sumamente audaz. En el ángulo agudo de la esquina resultante de la confluencia de las dos vías se traza la fachada principal, la menor de las tres que muestra el edificio, pero al mismo tiempo la más representativa. Solución similar había sido adoptada anteriormente por Gutiérrez Soto en el cercano Mercado de Mayoristas de la ciudad. No obstante, la referencia literal de la solución se encuentra en el bloque de viviendas de la calle Pradilla de Madrid, firmado por Gutiérrez Soto en 1945. Para la Casa Sindical, el arquitecto proyecta un chaflán cóncavo que se repite ampliado en los tres cuerpos que articulan la altura. El primer cuerpo de dos alturas, en el que se abre la entrada principal, actúa como gran zócalo sobre el que se eleva el cuerpo principal de cinco pisos, retranqueado, más amplio, a partir de una importante línea de imposta que en el chaflán permite la apertura de una terraza con balaustrada. Una segunda imposta, igualmente potente, da paso al último de los cuerpos que suma las dos últimas plantas, rematando su centro un cuerpo cúbico que ocupa las dimensiones del eje de simetría. El resultado es una articulación escalonada y torreada. El efecto vertical se potencia con los perfiles que remarcan esquinas y distribuyen los paramentos a modo de pilastras de orden gigante enmarcando los vanos.
Se logra un carácter monumentalista y sobrio a la vez, propio de la arquitectura institucional y propagandística del régimen que combina referencias a la tradición histórica imperialista con un vocabulario extraído del lenguaje racional-funcional.
BRG