El inmueble exento y con cubierta plana ocupa un solar con comunicación a cuatro vías. La fachada y acceso principales se abren al Paseo de la Farola; en la fachada trasera, a la calle San Nicolás, se abre un pequeño y modesto acceso secundario, posterior a la construcción del edificio que responde a una reestructuración funcional del mismo; en la fachada a la calle Vélez Málaga –su contraria se despliega en calle Corinto- se habilita una entrada a garaje, ubicado en semisótano.
El edificio presenta planta rectangular y en desnivel que diferencia lateralmente dos cuerpos en altura: las tres alturas, más semisótano, de la fachada principal se convierten en cuatro plantas en los laterales, mientras que la trasera, que se adosa al primero sin solución de continuidad, presenta tres alturas. Sendos cuerpos cúbicos en saledizo con ventanas en forma de troneras sirven de garitas y refuerzan las esquinas traseras. El cuerpo principal alinea su fachada en paralelo y retranqueada con respecto al eje viario, lo que permite la habilitación de un espacio delantero ajardinado, acotado por un murete bajo con rejería.
La articulación plástica de la fachada se fundamenta en el juego plástico de formas cúbicas escalonadas y una disposición de entrantes y salientes. La cubicidad de dos cuerpos laterales macizos flanquea el módulo central estructurado en altura a través de la disposición de pilastras adosadas de orden gigante que apean en forma de pilares más estrechos en su base, articulando una arcada en planta baja, sobre la que se abre terraza corrida y adintelada en el primer piso y terraza abierta en el segundo. El eje central de simetría, liberado de los aterrazados, abierto con estrechos vanos verticales enmarcados por finas pilastras adosadas, queda destacado en altura y ofrece su paramento para la disposición del escudo. Un zócalo pétreo recorre el perfil perimetral, elevándose hasta la primera planta en las fachadas laterales; el resto del muro aparece enfoscado y pintado. Vanos para ventanas se distribuyen con simetría en las cuatro fachadas, alternando con ojos de buey en las laterales.
Las soluciones arquitectónicas plantean una imagen dual del organismo promotor y su finalidad: la severidad castrense convive con la funcionalidad administrativa y cierta complacencia palacial en la cara que mira al mar.
La construcción en el periodo autárquico y la función militar del inmueble se hace compatible con una austeridad figurativa que apenas hace concesiones a las necesidades representativas del régimen, a través del mencionado escudo en relieve.
BRG